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Brasil: El desafío de mantener a la ciudad de Río Verde (GO) en el cronograma

En el Congreso que Abert celebró este Miércoles, 07 de Octubre, en Brasilia, el estado de ánimo era que posponer el cierre de las señales de televisión analógica es adecuado. La propuesta de la entidad para impulsar las fechas en un año más o menos tiene la simpatía del gobierno (falta convencer a las empresas de telecomunicaciones). Pero incluso entre los que defienden la idea como algo inevitable, sigue siendo una cuestión de honor: apagar Rio Verde en la fecha prevista del 29 de noviembre.


Invadida por tropas de la EAD, el brazo operativo de la transición digital, una ciudad de 200.000 habitantes está movilizada para el apagón de la televisión analógica en menos de dos meses. Investigadores de Ibope están yendo hace 90 días a los hogares tratando de averiguar cuántos de ellos están listos. Y ’antenistas’ y comerciantes recuerdan a los clientes que en 50 días sólo verán la telenovela si cambian de aparato o compran un convertidor.


Esta ebullición debe ser recompensada con el fin de dar cierta credibilidad a un proceso que, como se ha visto, apenas ha comenzado y será pospuesto. Quién no se preparó, debe envidiar al vecino que lo hizo. Y es por eso que el 30 de noviembre, algo tiene que cambiar para el espectador. Esta línea de razonamiento ya es apoyado por Anatel y Gired, el grupo de gobierno, las televisoras y las empresas de telecomunicaciones que coordinan la transición a la televisión digital, que también estudia la propuesta de las estaciones de televisión.


Pero a pesar de los esfuerzos, la gente no está preparada. Una nueva encuesta de Ibope debe comenzar a circular en Gired, la próxima semana. Aunque apuntan a un aumento en el porcentaje de hogares capaces de recibir la señal digital, la distancia sigue siendo inmensa para el 93% estipulado de cara a los 52 días que quedan.


Pero en la costura de la postergación, es donde entramos en algo que los radiodifusores tratan de evitar (o al menos retrasar): la incomodidad de las medidas para los espectadores que no están preparados para el apagón. La EAD cree que las empresas de telecomunicaciones que compraron la banda de 700 MHz, quiere que las franjas de advertencia ocupen más de la mitad de la pantalla, dejen que las imágenes sin color y sin sonido y suspender la programación durante cinco minutos en medio de la hora de máxima audiencia.


Molestar al espectador no es una idea original. Fue utilizado en países como España, Irlanda y el Reino Unido para forzar la migración, apoya la EAD. Los organismos de radiodifusión alegan que la distancia hasta la meta es demasiado grande como para adoptarla ya. Pero queda el vacío legislativo sobre qué hacer si no hay apagón analógico en la fecha prevista. El vecino con televisor digital puede presumir de que en su casa no hay una franja en medio pantalla perjudicando la transmisión del fútbol.

-Luis Osvaldo Grossman

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